Con menos tensión global también hay más apetito por riesgo, y con esto, vuelven los flujos a los mercados emergentes, explica el gerente de Estudios de Vision, Pablo Ormazabal. “Eso lleva a una apreciación del peso, porque hay mayor flujo a los mercados emergentes tanto de inversión directa como de inversiones golondrinas que aprovechan las contingencias.

(La Segunda, Edición Online, 22 de Mayo)